Rodeada de cipreses, esta finca milenaria reconvertida en hotel revoluciona el concepto de lujo con lo mejor de la tradición italiana.
Cuando en 1994 el conde Antonio Bolza adquirió un castillo del siglo X en la campiña de Umbría, lo hizo con la intención de devolver la vida a este rincón olvidado de Italia. Bastaron 27 años y unos cuantos trabajos de restauración, que dirigieron su hijo Benedikt y su nuera Donna Nencia Corsini, para reconvertir esta finca milenaria de 1.500 hectáreas en un hotel boutique donde el lujo y lo rural confluyen entre valles ondulados, altos cipreses y brillantes lagos. Ubicado cerca de la frontera entre Umbría y la Toscana, el Hotel Castello Di Reschio abrió al público el día 13 de mayo pasado, como la nueva joya milenaria de esta región del centro de Italia.
Desde su base en la Tabaccaia, una antigua fábrica de tabaco de los años 40 reconvertida en centro creativo de estilo industrial, Benedikt y Nencia dieron una nueva vida a cada rincón del castillo respetando las técnicas de construcción tradicionales italianas y combinando lo antiguo con lo moderno. Su estudio, B.B. for Reschio, se encargó del paisajismo y del diseño de muebles e iluminación. Cada una de las 36 suites, seis de ellas ubicadas fuera de las murallas, junto a la Iglesia de San Michele, es una pequeña obra de arte que, además, ofrece vistas de las colinas de la campiña de Umbría junto con una vista privilegiada del patio interior y el jardín.

Completamente en harmonía con el entorno en el que se encuentra, las habitaciones cuentan con suelos de terracota o madera, cortinas de lino cosidas a mano, suntuosas telas italianas, mármol tratado por artesanos locales, tocadores de latón, camas hechas a medida y lámparas fabricadas por B.B for Reschio. Sin embargo, la guinda del pastel de la decoración interior son los retratos al óleo, fotografías y objetos históricos como bustos encontrados y seleccionados personalmente por Benedikt y Nencia en ferias locales y mercados de antigüedades.
Cada habitación tiene su propia personalidad y características que las hacen únicas, desde chimeneas originales de piedra tallada a mano hasta la presencia de un antiguo molino de aceitunas. De entre todas las estancias, destaca la Tower Suite que, distribuida en cinco plantas, su entrada se ubica por encima de la imponente puerta del Castillo y cuenta con dos dormitorios, un gran salón, un estudio y un jardín en la azotea con piscina exterior.

Del Paisaje a la Mesa
En el exterior, los bosques, olivares y viñedos se convierten, además de en un escenario de lo más fotogénico, en los productores principales de las cocinas de los restaurantes de Reschio. También las colmenas y el huerto ecológico de la finca, de donde obtienen productos frescos de temporada. Ya en 2019, el Ristorante alle Scuderie abrió sus puertas cerca del castillo con el objetivo de ofrecer comida genuina y recién cosechada. Los comensales pueden disfrutar de la gastronomía italiana en la terraza junto a los helechos que lo rodean o bajo sus altos techos.
Veramente Italiano
Sin embargo, el protagonista del restaurante es, sin duda, el Bar Centrale, donde el diseño interior de Benedikt desprende el típico glamour italiano de antaño. Sobre el suelo de mármol, el huésped encuentra un lugar ideal donde tomar un café o un aperitivo durante el día y una copa después de la cena.
Comer en el Castillo, con Vistas de Ensueño
Ubicado en el ala oeste del castillo y con una gran terraza adornada con higueras, el Ristorante al Castello ofrece la elegancia y el carácter distintivo de la cocina italiana tradicional frente a los extensas tierras de la campiña de Umbría. Aquí, los platos rinden homenaje a las obras maestras culinarias servidas en las residencias privadas del pasado. Todo un lujo para el paladar.
Por otro lado, Palm Court y su bar adyacente son el complemento perfecto a los restaurantes, ofreciendo un lugar donde relajarse con un libro, tomar un té, disfrutar de un trozo de pastel o simplemente admirar las altas columnas de hierro y el amplio techo de cristal que han transformado este rincón del patio en un espacio inspirado en el estilo arquitectónico de principios del siglo XX.
Un cuarto espacio gastronómico, mucho menos convencional, espera al huésped en Il Torrino, la antigua torre de vigilancia del castillo que ahora se ha convertido en un bar exterior de la piscina ovalada del hotel. Aquí, mientras el huésped disfruta de un chapuzón y de los rayos de sol, se ofrecen zumos recién exprimidos, helados caseros, cócteles creativos, sándwiches y ensaladas.
Toda Umbría cabe en Castello di Reschio
El hotel se convierte en un destino en sí mismo gracias a su extensa finca, que dispone de senderos para recorrer a pie o en bicicleta y donde se pueden realizar actividades para todos los gustos. Los amantes de la buena mesa podrán participar en actividades como la búsqueda de trufas con un experto local, aprender a preparar pasta artesanal y salsas tradicionales o recoger esencias silvestres para utilizarlas en la Academia de Cocina Reschio, un espacio de talleres gastronómicos.

El Spa: Un Viaje a Tiempos Romanos
Totalmente alineado con el estilo de Reschio, la concepción y elaboración de su spa es de todo menos convencional. La experiencia empieza descendiendo por los cálidos escalones de piedra hasta el interior de lo que fue la bodega del castillo en época romana, donde hoy se encuentra un hammam, un sauna, y una piscina de inmersión. El Spa de la “Casa de Baños” ofrece además dos salas de tratamiento, una de las cuales, conocida como el Spa Privado, tiene capacidad para seis personas y cuenta con dos bañeras, una ducha de vapor, una chimenea y una gruta de calor tallada en una antigua cueva utilizada en el pasado para almacenar hielo y alimentos.
A Caballo entre lagos y Cipreses
Cuenta también con un centro ecuestre situado en el corazón de la propiedad, donde el visitante puede apuntarse a clases de equitación y a dar paseos. El Teatro Ecuestre alberga algunos de los mejores y más preparados caballos de doma española de Italia, entrenados bajo la mirada del maestro Antonello Radicchi.
Además, los tranquilos y recónditos lagos de Reschio son el entorno perfecto para relajarse en las cabinas habilitadas, pasear en bote, o quedarse horas a la orilla con una caña de pescar, disponible en préstamo para los huéspedes durante todo el año. Asimismo, el hotel cuenta con alquiler de bicicletas para recorrer los numerosos caminos flanqueados por cipreses de la finca.
La ubicación del Hotel Castello di Reschio es ideal para conectar con la naturaleza, pero también para escaparse a conocer pueblos medievales, museos y galerías de arte en fascinantes ciudades italianas sin necesidad de conducir más de una hora, como Perugia, Asís, Arezzo, Cortona, Gubbio, Spello, Bevagna, Sansepolcro y la indispensable Siena.
El Conde Antonio Bolza y su familia, amantes de la arquitectura, pasaron décadas restaurando esta propiedad devolviéndole su antigua gloria (el castillo principal y unas 50 granjas datan de 1202), y adicionándoles suntuosa comodidad actual, amueblándolas meticulosamente con piezas modernas y detalles artísticos diseñados por los mejores artesanos de Italia. En cuanto a las comodidades, no se escatimó ningún detalle: la piscina infinita tiene vista a los antiguos bosques de moreras, y a los fragantes campos de lavanda, mientras que los cuartos de baño de cada casa están equipados con ropa de cama limpia y artículos de botica Ortigia Sicilia. Con vistas despejadas de la ladera ondulada de Umbría, talentosos chefs, establos, canchas de tenis, y mucho más, Castello di Reschio es el epítome del lujo aislado.
Por: Bea Call Contenidos. / @beacallcontenidos / m.me/BeaCallcontenidos
PH. Créditos: Castello Di Reschio.
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