El Día de Muertos es una de las fiestas más antiguas de México. El 1 y 2 de Noviembre se celebra con altares, y la gente acude a los cementerios para visitar a los difuntos. Muchas mujeres en estas fechas se disfrazan de “Catrinas”.
Pero esta figura femenina, con más de 100 años de historia, tuvo un origen muy lejano al personaje romántico actual. Surgió como una burla a los indígenas que se habían enriquecido y menospreciaban sus orígenes y costumbres.
En la nota de hoy, te cuento quién creó la Catrina, y cómo evolucionó, de la mano de Diego Rivera, hasta ser uno de los íconos más representativos de la cultura mexicana.
Este tradicional personaje de la cultura mexicana utilizado especialmente en el Día de Muertos, tiene su origen en 1912 a manos del mexicano José Posada, cuando creó la "Calavera Garbancera".
“La Calavera Garbancera” provenía de los vendedores de garbanzo, que siendo pobres aparentaban ser ricos y querían ocultar sus raíces indígenas. Este grupo de comerciantes pretendía tener el estilo de vida de los europeos.
“Catrín” en América Central, significa hombre de clase acomodada, con mucho dinero y ropas finas.
La Catrina, ahora la imagen con la que se asocia la celebración del Día de Muertos, se la debemos al muralista Diego Rivera, quien la despojó de la crítica social que le dio origen, y la dotó de la elegancia y figura con la que es conocida en todo el mundo.

La imagen de La Catrina surgió en 1912 de manos del grabador mexicano José Guadalupe Posada, para ilustrar unos versos en rima a propósito del Día de Muertos -conocidos como "calaveritas"— y mofarse de las clases sociales.
Posada, grabador y caricaturista originario de Aguascalientes (1852-1913), creó la "Calavera Garbancera", un personaje con el que criticó a las empleadas domésticas, que deseaban verse y vestirse como las damas adineradas de la época post revolucionaria en la Ciudad de México.
La intención de la Calavera Garbancera de Posada, era representar a aquellas mujeres que lograban un estatus social alto, que dejaban sus costumbres, por tratar de vestirse y comportarse a la usanza europea.
Además, eran duramente criticadas en los versos que acompañan la ilustración de la autoría de Antonio Vanegas, editor del diario en el que Posada trabajaba. "Hay hermosas garbanceras de corsé y alto tacón, pero han de parar en calaveras, calaveras del montón", se lee en una vieja copia del verso resguardado en el museo junto a la placa de metal original que sirvió para la impresión.

La calavera es retratada por Posada del pecho hacia arriba, con una expresión de felicidad en el rostro, y ataviada con un amplio sombrero adornado con plumas y flores. El caricaturista le dibujó unos moños detrás de las orejas, como solían usar las empleadas domésticas, para "recordarles sus orígenes”.
Unos años antes de estallar la Revolución, el artista solía trabajar en ilustraciones que tenían como protagonista a la muerte, inspirado en personajes de la vida cotidiana, que abordaba desde la sátira y el humor ácido.
Muchos de sus trabajos influenciaron a artistas como José Clemente Orozco, Leopoldo Méndez y Pablo O' Higgins. La Calavera Garbancera fue uno de sus últimos trabajos, pero no llegó a verlo impreso. El grabador creó al personaje en 1912, en un periodo de depresión tras la muerte de su esposa y su único hijo, pero no fue publicado sino hasta noviembre de 1913, 10 meses después de su muerte.
La ilustración se reprodujo en cientos de hojas sueltas del diario que eran vendidas por unos centavos a los transeúntes de la capital mexicana, pero se quedó en el imaginario mexicano cuando Diego Rivera la incluyó en su mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda central" (1947), en el que quiso hacer un homenaje a Posada.
En “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” aparece José Guadalupe Posada del lado derecho. A la izquierda se puede contemplar una versión infantil de Diego Rivera. Por detrás, no podía faltar, la reconocida pintora mexicana Frida Kahlo.
Siendo un joven, Rivera conoció al grabador mientras éste trabajaba en su taller en el centro de la Ciudad de México y, tras su fallecimiento, el muralista contribuyó a que su obra fuera conocida en todo el mundo.
En su mural, además de incluir a Posada como a uno de los personajes centrales, Rivera completó el cuerpo que hacía falta a la imagen original de la Calavera Garbancera, y con ello "le cambió el estatus" social, al retratarla con la elegancia de una mujer de la alta sociedad.
Cuando Rivera la pinta en su mural le cambia el estatus, la convierte en una mujer de clase alta, y la llama Catrina. Desde entonces, la figura estilizada de la calavera ataviada con sombrero y elegantes vestidos está presente en cualquier altar o adorno alusivo al Día de muertos en México.
El mural se encuentra actualmente en el Museo Mural Diego Rivera, localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

En los primeros días de noviembre, es común ver en las calles de cualquier ciudad de México a mujeres disfrazadas de la Catrina. La celebración de Día de Muertos es la "festividad favorita de los mexicanos" y, año tras año, se visten para mantener la tradición. Desde pequeños, les enseñan en la escuela los orígenes de este querido personaje, que consideran el más "tradicional" y "bonito" para estas festividades en las que los mexicanos honran a los muertos.
Hoy en día, “La Catrina“, adornada con hermosos sombreros y flores, es una fuente de inspiración en muchas fiestas de disfraces, tanto dentro como fuera de México.
Por: Bea Call Contenidos. / @beacallcontenidos
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