Del mismo modo que los juguetes cambian con cada edad, también lo debe hacer la habitación de los niños. Toma nota, y descubrí qué es lo que necesitas en su dormitorio, desde 0 a los 14 años
DE 0 A 1 AÑO
La primera habitación, debe estar pensada para que el bebé (y los papás) tengan todo lo necesario cerca. Un básico: una cuna, un mueble para cambiarlo que sea cómodo para vos y seguro para el bebé, y un armario para guardar la ropa. El resto de los accesorios y muebles los podrás adquirir cuando vaya creciendo.
La zona blanda: Las habitaciones de bebés (de 0 a 2 años) necesitan pocos elementos, pero uno de los más importantes es una zona blanda, que se puede crear con una alfombra y varios almohadones. A esa edad, los niños aprenden a través de los cinco sentidos y es básico evitar superficies duras.
UNA CAMA, TRES ETAPAS
Que un mismo mueble sea capaz de adaptarse a las diferentes necesidades de descanso del niño, es el principal objetivo a la hora de elegir el mueble básico como la cama. Para ello, las camas evolutivas son la solución: primero son una cuna que luego se transforma en cama junior y, después, en sofá auxiliar para crear una zona de juegos. Son más caras, pero resulta una buena inversión porque pueden cumplir tres funciones. Tené en cuenta que la cama deberá combinar más adelante con el resto del mobiliario, así que no elijas un diseño demasiado infantil. ¿Una apuesta segura? Un modelo de líneas rectas, y realizado en madera.
Además, no solo las camas crecen con el niño, también hay colchones evolutivos: se les suma un colchón suplementario o se presentan con doble cara, una más firme para cuando son bebés y otra más suave para niños en una etapa posterior.
Los materiales nobles y, sobre todo, la madera, son tendencia en camas para niños. En colores: el blanco, la madera natural, o el bambú blanqueados. Y en diseños: los de formas estilizadas y depuradas. Son los que mejor evolucionan. Se pueden combinar con cambiadores que se convierten en cómodas, armarios que sirven de escritorios...
Una idea: Si tu bebé tiene que compatir habitación, delimitá el espacio del mayor y del pequeño. Podés ayudarte, por ejemplo, con alfombras.
DE 1 A 3 AÑOS
En esta etapa los bebés empiezan a gatear y a caminar, por lo que la seguridad debe ser esencial. Lo más importante es tener alfombras y almohadones para que estén a gusto y no se hagan daño. Incorpora también muebles a su altura, para que empiecen a elegir sus muñecos y a jugar con ellos.
Hasta los 2 años: Apuesta por formas simples y colores básicos. Negro y rojo son los primeros colores que distingue el ojo humano, pero en la habitación del bebé, es mejor optar por tonos suaves, que ayudan a crear ambientes de descanso.
MADERAS CLARAS.
Son las más adecuadas para el mobiliario infantil. IntroducÍ los colores vivos con los complementos y textiles. El acabado de los muebles de madera puede ser lacado o decapado. Lo último son las pinturas 100% ecológicas.
DE 3 A 6 AÑOS
El paso más importante de esta etapa, es que los niños pasan de la cuna a la cama, y a dibujar y hacer sus propias manualidades. Por lo que también podemos crear un rincón para que dejen volar su creatividad.
De 2 a 5 años: Los niños identifican acciones, así que van bien los murales con personajes realizando una actividad: jugando a la pelota, comiendo una manzana, leyendo un cuento… En esta etapa, el color ha de ser estimulante para animar su vitalidad.
Crear rincones: A los niños les encanta tener zonas de interés distintas, y rincones que incentiven la imaginación. Cuando crecen, y el escritorio se impone, la zona de juegos puede convertirse en un chill out con pufs apilables.
Un espacio para cada cosa, y cada cosa en su lugar: Para que el niño aprenda a ordenar, es imprescindible que el mobiliario esté pensado y juegue a favor del orden. Esta etapa es ideal para empezar a crear buenos hábitos, que perduren para el resto de su vida. Para que el niño aprenda a ordenar es imprescindible que cuente con un mobiliario adecuado, en el que todo esté pensado al detalle, y que responda a sus necesidades de almacenaje. Libros, lápices, juguetes, etc. Todo debe tener un sitio para guardar. Para la ropa y complementos, inicialmente, conviene equipar el armario con una zona de colgar con dos barras. Para más adelante quitar la barra más baja y hacer allí otra zona para guardar ropa. Un perchero nos ayudará a que dejen la ropa del día siguiente preparada. Las niñas necesitan más cajas y cajoncitos para guardar sus gomitas y hebillas para el pelo, sus collares, pañuelos… El armario de los niños puede ser más sobrio.
El mobiliario de doble altura, con camas arriba y zonas de juego o estudio debajo, es la alternativa ideal para habitaciones pequeñas. Armarios, cajas y cajones ayudan a guardar ropa y juguetes
DE 6 A 10 AÑOS
Los deberes y las tareas del colegio forman ya parte de su día a día, por lo que necesitarán incorporar una zona de estudio. Para ello es importante encontrar una mesa y una silla de su altura, que puedan aprovechar durante la etapa escolar.
El niño comienza una etapa evolutiva diferente. En la escuela aborda los inicios de la lectura, la escritura y otros aprendizajes que requieren más concentración. Y ese cambio también debe reflejarse en su dormitorio. Debes ayudarle a centrar la atención de manera más continuada, de aquí que la mesa de estudio tenga relevancia.
A partir de los 6 años: Los personajes cobran importancia, ya que los niños se identifican más con ellos (piratas, princesas, súper héroes…). Los murales didácticos como planetarios, mapamundi de animales, monumentos… también son muy útiles para aprender y situarse en el mundo. Y se introducen colores terciarios (piedras, caquis...) que educan su estética.
La transición entre esta etapa y la que viene, está marcada, como dijimos, por la incorporación del sector de estudio, que seguirá presente el resto de su desarrollo escolar.
Es importante que el niño se acostumbre a trabajar siempre en el mismo sitio, y que sea un lugar cómodo y agradable. Equipalo con una pizarra, un mural de corcho para pegar los dibujos y la organización de las tareas, una librería, una computadora o Tablet para empezar a manejar la informática... Lo ideal es contar con tres espacios diferenciados aunque sea dentro de la misma habitación: para jugar, para estudiar y para dormir.
La luz artificial debe colocarse de manera que el material de estudio esté bien iluminado y no dañe la vista. Para estudiar con comodidad necesita una iluminación general suave y una puntual, como un flexo. El orden y la organización de la habitación lo ayudarán a estudiar. Es necesario –y básico– que los juegos y juguetes estén guardados y fuera de la vista a la hora de concentrarse en los deberes, porque verlos puede entorpecer el estudio. Basta un baúl o una caja grande en la que puedan esconderse.
Entonces, en esta etapa hay 3 muebles imprescindibles:
La mesa (o escritorio): Debe medir, como mínimo, 1,20 m de largo x 60 cm de ancho y disponer al menos de un cajón para dejar los lápices y los libros, de forma que el niño tenga espacio para estudiar.
La silla: Con una altura proporcional a la de la mesa (y ambas adecuadas a la altura del niño). Es importante que tenga el respaldo alto. Y prescindí de las ruedas hasta que el niño tenga 8 o 10 años.
La estantería: Para tener los libros y cuentos ordenados, y siempre a mano. Puede ser un mueble a medida, un diseño modular, o simplemente unos estantes sobre el escritorio. Además, servirá para poner fotos y detalles personales.
DE 10 A 14 AÑOS
Durante la pre adolescencia los niños pasan más tiempo en su habitación, por lo que ésta debe ser cómoda y empezar a tener rasgos de su personalidad. Poco a poco abandonan los juguetes para hacerse con nuevas aficiones como la música o los deportes. Por ello debemos reorganizar los juguetes, y dejar un espacio cómodo para ellos.
¿Tus hijos se hacen mayores y comparten la habitación? Atenta a esta idea: proyecta una superficie más alta en la que colocar una de las camas (como son mayores no necesitarán una barrera de protección) y revestí toda la superficie de microcemento. ¡Tus adolescentes quedarán encantados con la idea! (ver imagen en sliders).
MI HERMANO Y YO. IDEAS DOBLES
Cuando el uso es compartido debe imperar la funcionalidad. Aquí te dejamos el “abecé” de las habitaciones para dos... o más.
“A”: Buena Circulación. Hay que optimizar el espacio para que los niños se sientan a gusto, ya sea cuando están jugando o cuando están estudiando. Es importante que la habitación respire y, ante todo, que “sobre” el máximo espacio de circulación.
“B”: Los dos igual. Hay que buscar equidad entre los dos hermanos o las personas que ocupen el dormitorio. Intentar que las condiciones de bienestar sean lo más iguales posibles. Dotar a la habitación del máximo almacenaje –lo ideal debería ser doble–y si solo hay un armario, que este disponga de dos zonas iguales y diferenciadas.
“C”: Armonía y equilibrio. Si las edades son dispares, lo mejor es una decoración neutra y serena, donde ambas edades convivan en armonía. Lo más importante es conseguir un estilo acogedor.
Por: Bea Call Contenidos. / @beacallcontenidos / m.me/BeaCallcontenidos
PH: El Mueble/ Shutterstock
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