En pleno Centro Histórico de la Ciudad de México y al ritmo de canciones románticas y distintivas, la “maison” deleitó con una pasarela irrepetible que a la vez que muestra la excelencia de un preciado savoir-faire, rinde homenaje a la mujer, al amor, y a la cultura mexicana.
México fue el lugar elegido por Dior para mostrar sus nuevas propuestas. Más concretamente, el colegio de San Idelfonso –situado en el Centro Histórico de la Ciudad de México–, lugar en el que se conocieron por primera vez Frida Kahlo y Diego Rivera. Una elección que, evidentemente, no fue fruto del azar.
La artista Frida Kahlo y su obra pictórica han sido en muchas ocasiones una gran fuente de inspiración dentro del mundo de la moda. Sin embargo, hasta la fecha, nadie había realizado un homenaje tan bonito, cuidado y lleno de detalles como Maria Grazia Chiuri en su colección Crucero 2024 de Dior.
Frida Kahlo reúne todos los requisitos que interesan a Chiuri: fue una mujer que desafió las convenciones sociales, fuerte y que reivindicaba su independencia intelectual.
Para la diseñadora, Kahlo es como un joyero precioso que alberga en su interior un cuerpo roto, de ahí que las mariposas, que representan la metamorfosis y que se encuentran representadas en los archivos de Dior en un boceto de Andrée Brossin de Mére, inunden esta colección crucero en forma de estampados, bordados y accesorios como cinturones o collares.
A lo largo de toda la colección nos encontramos con numerosos guiños a la figura de Frida Khalo, desde los míticos sastres de tres piezas que la artista llevó desde los 19 años, como trasgresión de su feminidad; hasta el vestido rosa con el Kahlo se pintó en uno de sus autorretratos o los loros, monos y aves del paraíso que protagonizaron muchos de sus cuadros y que aquí adornan el emblemático estampado Toile de Jouy de Dior.
Pero si algo caracteriza las colecciones crucero y si algo las hace tan valiosas, son los lazos creativos que la Maison entreteje con los artesanos locales del país elegido. Una colaboración que refleja el compromiso de Maria Grazia Chiuri por preservar las técnicas tradicionales y convertirse en guardiana de estas prácticas culturales de lo textil. Las diferentes regiones de México, un país extenso, son territorio de numerosas comunidades con una historia e identidad propia que se refleja en sus tradiciones y textiles. En esta colección crucero, se muestran diferentes trabajos realizados por comunidades indígenas. Los bordados de algunas de las camisas y faldas han sido realizados por Hilan Cruz, de la región de Puebla, cofundador del taller textil Yolcentle, y en donde combina su trabajo de bordador con sus estudios de antropología para dar mostrar aspectos técnicos, estéticos y sociales de los tejidos.
Pedro Meza lleva tres décadas al frente de Sna Jolobil que, en lenguaje Tzotzil significa Casa de costura. En su taller trabajan artesanos de la región de Chapas y pretende perpetuar la herencia de la cultura maya. Este estudio se ha encargado de realizar un gabán, una túnica larga cuadrada, así como cinturones tejidos en algodón con lana bordada.
De Oaxaca viene Remigio Mestas que ha creado una serie de huipiles decorados con técnicas únicas de costura, tintado y bordado llevados a cabo por diferentes grupos indígenas. En algunas chaquetas, camisas y faldas de la colección crucero de Dior también encontraremos bordados realizados mediante la técnica conocida como pepenado fruncido, obra de la marca Rocinante, creada por Narcy Areli. Un estudio formado por una comunidad de mujeres que transforman elementos de la naturaleza en motivos geométricos a través del bordado.
Los accesorios también llevan alma mexicana: los anillos, colgantes y pulseras con forma de mariposa son obra de Plata Villa, un taller que trabaja la plata en Ciudad de México y que con Rafael Villa Rojas, es ya la tercera generación de artesanos que continúa con las técnicas legadas por sus antepasados. Los sombreros típicos de la región de Veracruz que lucen algunos modelos, han sido realizados por Alema Atelier, que lleva cuatro generaciones confeccionando estos sombreros de manera tradicional y con palmeras locales.
Las modelos deslumbraron bajo la lluvia al paso que caminaban sobre la pasarela, honrando y mezclando el savoir faire francés con el talento mexicano. María Grazia Chiuri, que siempre se muestra muy comprometida con las injusticias, cerró el desfile con la canción ‘Sin Miedo’ de Vivir Quintana, que se ha transformado en un himno contra el feminicidio desde que se lanzó en 2020, a modo de protesta por la violencia y el sexismo que sufren las mujeres del país.
“El surrealismo siempre ha sido una gran parte de Dior y Frida siempre ha sido muy cercana a mí no solo por la parte de la moda, pero por la parte del corazón” expresó Maria Grazia Chiuri. La inspiración femenina y el apoyo a las artistas mexicanas siempre ha sido prioridad para la diseñadora, siendo Graciela Iturbide unas de sus fotógrafas favoritas, y artistas como Remedios Varo y Leonora Carrington sus musas. Por lo que, crear prendas para la mujer se ha convertido en un arte para la diseñadora. “Para las mujeres la ropa es parte de nuestro lenguaje. Con la ropa nos expresamos… Frida entendía el poder de la ropa para expresarse y las usaba como una voz” compartió. En un mundo de hombres, Frida Kahlo luchó por la igualdad y fue una precursora de la liberación de género. Adelantada a su época, cuestionó constantemente su sexualidad y masculinizó su aspecto logrando dejar huella no solo en el mundo del arte, pero de la moda. “Frida no aceptaba límites. A pesar de sus discapacidades, se creó a sí misma. Es por ello que es la artista mujer más importante del mundo” terminó por añadir Maria Grazia.
Imágenes y Videos crédits: Dior Oficial
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