Una urbe llena de nuevos restaurantes. Una gastronomía tan rica y sabrosa como la italiana. Aquí una ruta por dos días de desayuno, almuerzo, tapas, té, cena siguiendo las nuevas tendencias que ponen el ritmo a la cocina de la capital española.
Siempre estuvo cerca. Madrid es siempre un cobijo amoroso que te recibe con un idioma, sabores con recuerdos a la cocina de casa y algo de un look and feel que te suena familiar. Según se sabe que en el Paleolítico, hace 25.000 años aquí se encontraba el asentamiento humano más populoso de Europa. Gracias a esto hay una ciudad que cuenta con expresiones celtas, romanas, visigodas, árabes, medievales, de los borbones y de los Asturias, incluso se conserva un monumento del Antiguo Egipto: el Templo de Debod. Todo ello se resume en su cultura gourmet.
PRIMER DÍA
9:00 hs.
Para el primer día mejor zambullirse en la esencia clásica del Madrid de todos los tiempos. Fue primero la Plaza de Arrabal, de la Constitución, la Plaza Real, de la República sólo y luego agregó Federal, hasta convertirse en la hoy Plaza Mayor. No es posible arrancar el día sin un buen café con leche. Allí está el Café de la plaza, un clásico para otear el movimiento cuando Madrid despierta. Allí no más se encuentra el Mercado de San Miguel, el mercado gourmet más famoso de Madrid. Es uno de los más antiguos, perfecto para un desayuno o una media mañana. Es lugar de degustación de productos apetecibles para los aficionados a salir de pinchos y tapas. Abundan las barras de bar y mesas altas para tomar el aperitivo. Entre las joyas gastronómicas se destacan el chef Rodrigo de la Calle con sus arroces y paellas, una sucursal de los restaurantes Arzábal y los dulces de Jordi Roca.
11:00 hs.
Es hora de caminar hasta el Barrio de las Letras. Su epicentro es el sitio más emblemático de la ciudad. La plaza de la Puerta del Sol (peatonal desde el 2020) reúne símbolos de Madrid como el oso y el madroño (los elementos del escudo de la ciudad), el kilómetro cero y el balcón desde el que suenan las campanadas a fin de año (el reloj de la Casa de Correos, sede de la Comunidad de Madrid).
Si aún hay ganas de tomarse un respiro, uno de los bares más emocionantes de la ciudad espera ahí cerca: el del hotel The Edition Madrid, uno de los lanzamientos pos pandemia. Antes fue un banco, pero ahora, desde su escalera escenográfica, se accede a un primer piso relajado para un desayuno con todas las ganas o una copa pre almuerzo. Su lobby bar es el sitio perfecto para ser visto. Aquí es donde se encuentra una icónica mesa de billar de mármol. Los jueves y los viernes este espacio único tiene una banda sonora especial: DJ y música en directo. No es posible partir sin probar un Ponche Corsair.
14:00 hs.
Hola de subir a la terraza y quedarse admirado por la propuesta del mejor restaurante peruano de la ciudad. Oroya está enclavado en el primer hotel que abre en Madrid el ex propietario de Estudio 54, Ian Schrager. Su carta es una experiencia de sincretismo. Demuestra cómo se han acogido y fusionado con admiración y respeto otras culturas. El enclave tiene una mezcla de selva exótica y chill out. El menú está preparado por el chef Diego Muñoz. La bienvenida llega con un pisco sour que mezcla de tres diferentes con lima. Ostras, cilantro, borraja, chala, ajillo, leche de tigre, calamares… decenas de ingredientes que se suman y mezclan.
Dejate llevar por las almejas y alitas de pollo con jugo de pollo picante y pan frito y despídete con lúcuma cubierta de chocolate y pistacho, mora vainilla y romero; guanábana en milhojas, merengue de limón, naranja, albahaca y manjar.
18:00 hs.
Luego de un intenso recorrido de museos, visitando en distrito del arte que reúne al Pardo, el Thyssen Bordemiza y el Reina Sofía en las esquinas de uno de los parques más bellos de Madrid, espera en éste último una nueva experiencia de vanguardia gastronómica. NuBel ofrece una alta gastronomía que incluye desde brunchs y cócteles de autor, hasta una carta repleta de colores y sabores de todos los rincones del mundo. Cuenta con una playlist que acompaña la experiencia culinaria. Una cocina urbana y joven que defiende las tradiciones y las actualiza con técnicas nuevas. La composición del menú sigue la línea del "menos es más", una filosofía que ayuda a entender la sencillez aparente de las recetas. Una idea de aperitivo: Nubel Swizzle, con Brandy de Jerez Lepanto Solera Gran Reserva, zumo de lima y maracuyá, hierbabuena, Bitters y azúcar. Luis Inchaurraga es el bartender y mixólogo argentino detrás de la coctelería.
21:00 hs.
Para la hora de la cena el consejo es adentrarse en el barrio de Las Letras donde las propuestas nuevas son numerosas. La estética y el paladar no pueden elegir. Es mejor dejarse llevar por la intuición y, tal vez, el criterio de un par de tapas por aquí y otro por allá. Estas son las ideas más nuevas: en Casa Mortero (C. de Zorrilla, 9), de estilo industrial, Pedro Gallego prepara las más doradas croquetas de jamón y los mejillones en un cremoso escabeche casero. Por su parte, Cervantes Cervecería (Cervantes, 38) está considerada entre los 5 mejores bares de tapas de la ciudad. Conserva un estilo clásico, con una carta enorme, pero sus mariscos son la gloria. Distinto Taberna (Duque de Medinaceli, 12), además de tapas y raciones, tiene propuestas para compartir. Tartar de atún y sardinas son dos propuestas imperdibles.
Sin embargo, si la idea es ir a todo lo alto, hay que zambullirse en la nueva versión de un viejo conocido. Angel León (Sevilla 1977) se ha esmerado en capear el temporal de la pandemia y reconvertir su impactante Glass Mar. “Seguimos proponiendo una idea diferente, que es un término medio entre un restaurante y una taberna, con algo de bar. Tuvimos la oportunidad de tomarnos un tiempo con los cierres de la pandemia que nos ayudaron a reencauzar las ideas y reconfirmar que nos gusta el ambiente desenfadado y alegre. Creando una cocina para que la gente coma rico”. Sumergido entre cientos de expresiones que remiten al mar, el restaurante es una joya arquitectónica, de diseño, coctelería y, sobre todo, ingenio para traer el mar al plato. Todo lo que vayas a pedir, incluso los postres, vienen de las costas españolas. Mi preferido: el pez espada que se come con la mano, como si fuera en casa, pero con la lumbre de estrellas Michelin.
SEGUNDO DÍA
9.00 hs.
Dani García se subió a un barco difícil. El estreno de Four Seasons en Madrid y la apertura de un restaurante por pandemia. El mismo la define como "una propuesta cosmopolita y desenfadada sin perder la esencia de la cocina tradicional andaluza”.
La idea del layout es una mezcla amable de un bar de los años 40, con la barra como centro, y una vanguardista puesta decorativa.
Su desayuno es un tapeo interminable de clásicos que incluyen las clásicas tortillas en todas las versiones imaginables. Una bollería de autor que invita a derramar sobre ellas mermeladas de autor, sólo hechas por el chef de la casa. Impecable el ambiente y las vistas. Si aún tienta el lugar, para el almuerzo se reserva una menú más frugal llamado ‘Mediodías de Dani’, que cambia cada quincena. Imposible no tentarse para la cena, más profunda y profusa, una suculenta hamburguesa (al estilo Rossini, incluyendo foie y abundante salsa o una tortilla impagable con queso azul de búfala y cebolla caramelizada.
12:00 hs.
Con una paciencia de al menos tres meses para conseguir mesa, Cruz Blanca de Vallecas es una taberna modesta en las afueras de la ciudad, pero también es el hogar inesperado del plato más emblemático de Madrid que no se puede dejar de probar si se pasa por la ciudad. El cocido madrileño, un guiso de garbanzos, verduras y una variedad de embutidos y carnes. La interpretación del chef Antonio Cosmen es francamente trascendente, con cremosos garbanzos de Arévalo (él compra toda la cosecha del pueblo), chorizo ahumado y un caldo con aroma a jamón tan rico que gelifica a temperatura ambiente. Una parada de reyes.
16:00 hs.
¿Un lugarcito para una tapa?
Uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad es Chueca, referente del colectivo LGTBI. Allí, La Torcida (C/ Pelayo, 4) es un arribo reciente, Su chef Genaro Celia ofrece su versión de croquetas semilíquidas de jamón ibérico Joselito y un Mac & Cheese Galácticos de tres quesos y pulled pork para los que quieren innovar.
La francesa Charlotte Finkel abrió hace poco Comparte Bistró (C/ Belén, 6) con 14 opciones perfectas para compartir: chicharrón, Molleja crujiente, o Albóndigas de pato, magret curado y chimichurri, entre otros.
Aunque la idea es conocer los recién llegados, vale la pena darle una oportunidad a La Carmencita, un gran clásico del barrio (C/ Libertad, 16). Es la segunda más antigua de Madrid. En sus mesas han comido Lorca, Neruda y Alberti. ¿Imperdibles? Ensaladilla imperial o las croquetas de chistorra.
19:00 hs.
Lavaipés, a 20 minutos de caminata entre callecitas empinadas y con algo de aire medieval. Data de la época en que Madrid se convirtió en capital del reino en 1561. Alguna vez considerado el barrio más sórdido, fue votado por la guía Time Out como el más cool del mundo hace unos años atrás.
La novedad llega de la mano de una degustación de los vinos naturales en La Canibal (C. de Argumosa, 28) o gambas a la plancha acompañadas de una copa de vermut local en El Boqueron (C. de Valencia, 14).
20:30 hs.
Hora de la cena. Un jardín histórico de 1000 m² está lleno de vida y es único en el corazón de Madrid, un remanso de paz con zonas verdes y excepcionales propuestas: Dos Cielos Madrid es la idea de los legendarios jóvenes Torres. Sergio y Javier Torres (1970, Barcelona) forman un tándem único en el mundo.
Situado en las antiguas caballerizas del Palacio de los Duques y frente al jardín histórico del edificio (a un paso del Palacio Real), se estructura en dos alturas y suma un comedor de 30 plazas y un reservado de 20. Sufrieron como todos el cierre de la pandemia, pero volvieron redoblando apuestas.
Hoy apuestan, en su versión renovada, a una mezcla moderna con viejas tradiciones. La recomendación imperdible: el canelón de la abuela Catalina con trufa y queso parmesano.
23:00 hs
Para despedirte de Madrid, puedes elegir El 34 en Cool Rooms (Calle Atocha 34). Es un espacio totalmente renovado, en un ambiente vibrante y juvenil, para disfrutar la mejor selección gastronómica española de manera más informal y vanguardista. Sólo propuestas de temporada siempre regadas con Jerez. ¿Un plus para que la noche no termine? Cannibal Raw Bar (Almirante, 12), recién inaugurado, esconde un espacio “clandestino” detrás del baño. Para terminar una velada con los mejores tragos.
PH. Portada: NUBEL
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