Los alrededores son la imponencia. Sin embargo, con la sabiduría de las tradiciones, ha aprendido a hacer carne de su propia esencia para convertirse en una perla que es capaz de competir con esos cielos que se meten dentro de las estancias y la línea del Atlántico que rompe en la playa con intenciones seductoras de robarse todas las miradas.